Historieta de María Claudia Falcone


Estimados Docentes Latinoamericanos
María Claudia Falconefue una de las estudiantes detenidas, torturadas y desaparecidas en “La Noche de los Lápices” del 16 de setiembre de 1976.

En Mayo de 2011, la Universidad Nacional de Río Cuarto, a pedido de los consejeros estudiantiles Carolina Zabala y Alejandro Gamba, reeditó el libro de historieta “La revolución fallida de dos Mulatos Mulé”, de María Claudia Falcone y su hermano Jorge. Según argumentaron los peticionantes, “además de historietas, diseñaba volantes. Luchaba por el boleto estudiantil y por una sociedad más justa”.
“La reedición de la historieta implica recordarla luchando y creando, implica hacer memoria, no sólo de las marcas del proceso dictatorial, sino también poder conocer los rostros y las ideas de una generación de jóvenes que avanzaban , en el marco de un proceso histórico. Entendiendo además que la dictadura no sólo buscó la muerte física de 30.000 personas, sino que eliminó sus historias, se apropió de hijos y logró que se perdiera rastro de los que hacían de cuanto creaban y por qué luchaban, e instauró en la sociedad toda una política de eliminación de la participación y el compromiso social a través del miedo y la muerte, al mismo tiempo que preparaba a nuestro país para un neoliberalismo que nos dejaría con casi la mitad de nuestra población sin la garantía de sus derechos humanos”,



Compartimos aquí, algunas de las páginas de esa Historieta junto a un texto del Libro “LA NOCHE DE LOS LÁPICES“ de MARÍA SEOANE y HÉCTOR RUIZ NUÑEZ - Se conoce como “La noche de los lápices” al secuestro de estudiantes secundarios ocurridos durante la noche del 16 de septiembre de 1976. Los estudiantes eran militantes de agrupaciones estudiantiles y encabezaban los reclamos por el boleto estudiantil. Este es uno de los hechos represivos más conocidos de los llevados adelante por la dictadura cívico militar argentina entre 1976 y 1983. Diez jóvenes fueron secuestrados y solo 4 de ellos sobrevivieron.


"Zata " no se rinde

En las sobremesas familiares se hablaba de la derechización del gobierno de
Isabel Martínez. Su padre se alistó en el Peronismo Auténtico, que lideraban Bidegain y Obregón Cano, y Jorge continuó en la JP. Claudia escuchaba atentamente las discusiones y aunque percibía aún no claramente que el barco tambaleaba, se mantenía orgullosa de su militancia secundaria, de integrar el equipo de la UES del colegio.
Continuó representando a su curso como delegada estudiantil.

Se desesperaba por la persecución a algunos compañeros y la expulsión de los profesores más progresistas del colegio. Entonces se encerraba los fines de semana para diseñar volantes o carteles, mientras escuchaba la banda sonora, una y otra vez, de El camino hacia la muerte del viejo Reales. "Me emociona la epopeya de la gente del interior pero me da bronca la resignación", le comentaba a Jorge mientras pasaba el disco.

Iba al Teatro Argentino a ver buen ballet o a las peñas con guitarreada hasta la madrugada. Y se pintaba muy pocas veces los párpados, a veces para coquetearle al viento, a veces a los chicos del Nacional.

En la primavera del ‘75, mientras participaba de la campaña por el boleto secundario, retomó con Jorge la idea de ilustrar los sobresaltos de la época, con el cristal de la ironía que era la característica familiar. Al loro abogado y al caballo
"Paisano" les sucedió: "Subdesarrollo Cómics presenta: La revolución fallida de dos mulatos Mulé". Eran unas historietas sobre las desventuras de dos negritos que vivían solos en la Isla Mulé bajo la tiranía de "Anastasio Garaztazú Rojas" (los hermanos asociaban Nicaragua, Brasil y la Plaza de Mayo bombardeada en el ‘55), y luchaban con métodos desesperados, desde el suicidio "en masa" hasta el sabotaje, siempre fallidos.

Para Jorge ese comic también representaba el carácter fallido de la revolución por la que se venía luchando desde el Cordobazo. Se había tornado cuidadoso después de los secuestros de sus mejores compañeros por la AAA. Por primera vez sentía la necesidad de recomendar a Claudia que fuera despacio, que pasara los escalones de a uno para no caerse. Tenía miedo de que sus advertencias los distanciaran, pero no fue así, en ese verano del ‘76 por lo menos. Volverían sobre el tema con otros tonos y menos coincidencias. Desde Mar del Plata, Claudia le escribió con el amor
"compinche" de siempre:

¿Comantalevú? Está de más decirte que el viaje fue excesivamente calcinante con las clásicas ilusiones ópticas que te hacen ver la ruta mojada. Mar del Plata está decadente, misiadura, frío y más misiadura. No hemos podido meter un mísero callo en el ''proceloso". Extraño tremendamente la ciudad de las diagonales. ¡Qué suerte pa ’ la desgracia! La primera anécdota reconfortante fue protagonizada por mami, por supuesto. Hete aquí que yo me hallaba disfrutando de un baño calentito digamos, mami irrumpió desesperadamente y al apoyar sus voluminosas sentaderas en el bidet para higienizarse, emergió un chorro de agua hirviendo que hizo que ésta se quemara tremendamente el culo y saliera gritando: ¡Me quemé el culo como un pollo! ¡Como  un pollo! En fin, son cosas que pasan. Hablando de nuestro pelado progenitor: no hace más que tomar mate amargo con el hotelero, dormir la siesta y hacer extensos monólogos sobre el fenómeno de Mar del Plata. ¿Cómo van las cosas por nuestra casita? ¿Algún electrocutado acaso? Tengo un montón de cosas que charlar y contarles. Pronto verán mi rostro con "Sapolán" en vuestra puerta, con una sonrisa de oreja a oreja y una docena de Havanna. Supongo que mami te va a mandar algunas líneas más. No te escribo más porque si no la carta no llega. Un beso de esos que llegan a doler para vos y un beso tipo ventosa para Clau. Salutti a tutti.

A fines de marzo, Claudia conoció a María Clara Ciocchini. Juntas percibían el círculo de terror que comenzaba a ceñir la ciudad amenazando a sus familias y a sus compañeros. En la primera semana de abril desaparecieron varios chicos del Bellas Artes. Claudia estaba preocupada: el recurso del "Picoque" de su infancia no servía para conjurar estos peligros. Se mudó a la casa de su tía abuela paterna, "Tata" en la jerga familiar, y a partir de ese momento su nueva casa cambió de cara invadida por los chicos de la UES.

El doctor Falcone sabía que las cosas estaban "más bravas que nunca". Tenía memoria. Esta vez los golpistas no se detendrían hasta exterminar al último opositor.
Una tarde decidió invitar a Claudia a dar un paseo en auto. ¿Cómo le pediría después de tantos años de educarla en la lucha, en la lealtad, en la necesidad de justicia social, que diera un paso al costado?

Para ambos sería difícil. Claudia sabía cuál era el tema.
— Nena, las cosas están bastante mal, ya te lo dijo Jorge. ¿No te das cuenta?
Yo no te pido que dejes de colaborar con tus compañeros pero tenés que ser más prudente. No se pueden regalar así, por Dios.
—No me digas eso papi. Yo me cuido, pero qué querés que haga. ¿Querés que me borre justo ahora que la cosa está dura? Así es fácil hablar de justicia...
— Hija, no te estoy pidiendo que te borres ni que traiciones. Tu mami y yo sólo  queremos que te cuides, que no te pase nada.
— Papá, por favor, pará el coche que me bajo.
—¿Adónde vas?
— Pará, papá, tengo ganas de caminar sola. Dale, dejáme.
Obedeció, amargado. No la había convencido aunque conservaba alguna esperanza de que reflexionara. Vio cómo se perdía con pasos rápidos por la calle 5.
Esa noche, cuando llegó a su casa, la encontró pensativa, recostada sobre su cama. Se había quedado a cenar antes de regresar a lo de “Tata”.
—¿Pensaste en lo que hablamos hoy?, le preguntó con miedo.
Claudia lo abrazó, evadiéndose.
— No, en serio, nena, ¿qué pensaste?
—Que "Zota " no se rinde, papá.


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2. Esta obra es una representación de la Lucha de los Jóvenes y su visión del mundo. Por esa misma rebeldía fueron desaparecidos durante "La Noche de los Lápices". Se analiza grupalmente esta obra y la utilizamos como resorte didáctico para el debate sobre temas centrales como 
LA REBELDÍA DE LOS JÓVENES
EL SECUESTRO DURANTE LA DICTADURA
LOS ALUMNOS DESAPARECIDOS
3. Sobre estos tres ejes centrales, se propone la elaboración de pequeñas historias a modo de relatos ilustrados o historietas.
4. Todo este material, que puede ser analizado, discutido y producido en varias clases, integrará la edición de un Fanzine Escolar, donde todos aportaron sus textos, narraciones, ideas, bocetos, diseños y dibujos.
5. Se organiza la presentación formal del Fanzine Escolar para ser fotocopiados y distribuidos en todos los grados y cursos de la Escuela.

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